lunes, 6 de abril de 2020

ELS 120 BISBES DE LA DIÒCESI DE BARCELONA: Pere, Vives, Aeci i Deodat (962-1029)





Avui us presentem quatre bisbes més dels 120 bisbes de la diòcesi de Barcelona: Pere, Vives, Aeci i Deodat.


22  PERE (c.962- 973)
Se opuso juntamente con los obispos de las otras sedes catalanas a los intentos de restauración de la sede metropolitana de Tarragona protagonizados por el abad Cesáreo de Santa Cecilia de Montserrat, que fue ordenado en Compostela arzobispo de la sede cabeza de la provincia Tarraconense aún sometida a los musulmanes. Construyó el castillo de Ribes junto a Sitges.
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Pedro fue obispo de Barcelona entre los años 962-973. De él tenemos un documento copiado en el famoso Liber Antiquitatum de la catedral de Barcelona del año 966 y otro original del 6 de febrero del 971. Continuó la política de sus antecesores, fortificando los castillos episcopales, como el de Sant Pere de Ribes y el de Olérdola. También continuó las obras del edificio de la canónica de Barcelona y de la parroquia de Sant Miquel de Barcelona. Sabemos de él que, antes de ser obispo, era el rector de la mencionada parroquia de Sant Miquel de Barcelona. Debemos lamentar la gran pérdida durante la guerra civil de 1936-1939 del archivo de San Miguel. Fue incendiado. En él se conservaban numerosos pergaminos del siglo x.
El obispo Pedro también intervino en un concilio celebrado en Barcelona en el que asistieron los obispos de la antigua Tarraconense contra el pseudometropolita Cesáreo, abad de Santa Cecilia de Montserrat, el cual al haber recibido la ordenación episcopal en Galicia, quería someter a obediencia a los obispos de la Tarraconense: entre ellos Pedro de Barcelona. La respuesta (argumentada) de esos obispos catalanes se fundamentaba en la convicción de que Santiago no había predicado en Hispania, aunque los contemporáneos del obispo de Barcelona aceptaban que sus reliquias —cuerpo— estaban enterrados en Compostela. Sin embargo veinte años después el obispo Pedro no se opuso al nombramiento papal de metropolita de Tarragona a favor de Ató, obispo de Vic, su vecino. El papa era Juan XIII. Pero poco duró este nuevo metropolita, ya que, al volver de Roma con la bula papal (original que se conserva en Vic y en la que se le nombraba arzobispo), fue asesinado por la facción antirromana. 
A Pedro, también lo encontramos actuando en la consagración de la iglesia del monasterio de Sant Benet de Bages el año 972. Anteriormente, en el año 966, fue albacea testamentario del conde Miró junto al conde Borrell y al abad Landerico de Sant Cugat del Vallés, efectuando como albaceas diversas donaciones a la sede barcelonesa.
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DHEC II, 62; P. B. GAMS, 14; M. AYMERICH, 280; MARTI BONET, 88.
PUIG I PUIG, doc: -Donación del conde Borrell, el abad Landerico, de San Cugat, y el obispo Pedro, en 21 de diciembre de 965, a la Sede, 362.


23  VIVES (974- 995)
Fue archidiácono en el pontificado del anterior obispo de Barcelona. Se dedicó con todas sus fuerzas a reconstruir la diócesis después de la razia de Almanzor (985). Redimió cautivos cristianos de Córdoba. Consagró la iglesia de Olérdola. Favoreció en la diócesis el estudio de derecho.
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De Vives obispo de Barcelona (974-995) tenemos muchos documentos —exactamente treinta y ocho— conservados en el archivo capitular de Barcelona. Era hijo de un notable prohombre del Baix Llobregat y fue arcediano en tiempo del obispo anterior Pedro. Vives estuvo presente en la tercera consagración de la iglesia de Santa María de Ripoll el año 977. Se ocupó, en gran parte de su largo pontificado, en la restauración de la diócesis que había estado arruinada por la razia de Almanzor, el 985. Reconstruyó y dotó (“dotalía”) a muchas iglesias siempre con la colaboración del conde Borrell II. La canónica de Barcelona fue también beneficiaria del gran obispo Vives. Nuestro obispo era un hombre contradictorio —o si se quiere; batallador y de buen corazón— ya que luchaba contra los sarracenos ayudando al conde Borrell II, pero después tenía compasión de ellos y a los moros cautivos les daba la libertad. Evidentemente era un hombre bondadoso pero con fuertes contrastes de violencia. Es bien cierto, que a pesar de todo se dedicó, a la vez, a redimir cautivos cristianos en las razias que hizo el mencionado conde en Córdoba. Se ocupó de las repoblaciones en los territorios de los castillos episcopales de las zonas del sur del Llobregat: Montmell el 974, Albá el 977, Ribes y Bell-lloc (a. 990). Vives consagró la iglesia de Olérdola iniciada por el obispo Teodorico, según hemos indicado anteriormente. Se implicó en operaciones de compra y venta de tierras en Montornés del Vallés (a. 977), Premiá (a. 986), Barcelona y Sarriá. En su círculo más íntimo se encontraban Seniofredo Llobet, arcediano, amigo personal del papa Silvestre II y traductor de obras arábigas, el levita (clérigo) Bonhom, autor del Liber Iudicum Popularis y Ervigio Marcos, latinista. Por último cabe señalar que Vives favoreció el estudio principalmente del derecho.
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DHEC III, 714; P. B. GAMS, 14; M. AYMERICH, 282; MARTI BONET, 88.
PUIG I PUIG, doc: -Concesión de franquicias, por el obispo Vives, a los habitantes del castillo de Montmell, en 18 de abril de 974, confirmada después por el obispo Aecio, 363
-Donación por el conde Udalardo y el arcediano Arnulfo, en 11 de agosto de 990, en cumplimiento de la última voluntad expresada por cuatro cautivos barceloneses en las mazmorras de Córdoba, 364
-Testamento otorgado por el obispo Vives, en 994, antes de emprender el viaje a Roma, 365.


24  AECI (995- 1010)
Se dedicó a la restauración de la canónica de Barcelona, de muchas iglesias del Penedés debido a las razias de Add-al-Malik, hijo de Almanzor. En el 1010 intervino en la expedición de los catalanes -decidida en la reunión barcelonesa de 1009- al lado de otros obispos y de los condes Ramón Borrell de Barcelona y Armengol de Urgell. En esta razia Aecio murió.
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La primera y más obvia característica de la diócesis de Barcelona en esta época es la constatación lamentable, según la cual, en general, debe afirmarse que las iglesias de la Marca Hispánica también estaban sometidas al régimen de las denominadas investiduras laicas y en la mayoría de los casos, simoníacas. Así, el conde de Barcelona manifiesta —como puede comprobarse en los testamentos condales— que él es el dueño y propietario de la diócesis. También se practica por los señores feudales la denominada simonía en las iglesias propias, tan extendidas, a la vez, en la diócesis. Esa abusiva vinculación de la Iglesia con los condes de Barcelona se manifiesta con toda naturalidad por el hecho de que algunos obispos pertenecieron a la familia condal, como Guislabert, Umbert y Folch de Cardona. Es cierto, sin embargo, que se luchó contra las usurpaciones de los derechos y posesiones de la iglesia; incluso en diversos concilios. Otra consecuencia de esa vinculación con la casa condal era la obligación de participar en guerras, razias y altercados que eran promovidos y estimulados por los mismos condes en los que los obispos de Barcelona se veían envueltos.
Aecio es, sin embargo, una excepción pues aunque era bien visto por los Condes de Barcelona, fue elegido por el mismo pueblo “communi consesu Barchinonensium” en el mes de abril del 995.
A Aecio lo vemos más como guerrero, que como pastor de su iglesia; sin embargo las circunstancias le empujaron a ello. Entre los años 1000-1003 los sarracenos volvieron a invadir el Penedés al mandato de Abd-el-Melek, hijo de Almanzor, destruyendo la torre de la Granada, en la que el obispo de Barcelona ejercía su dominio feudal. Aecio se queja de los destrozos que han sufrido “las almas” que cultivaban aquella propiedad episcopal. Para restaurarla el obispo Aecio vendió (el 19 de mayo de 1005) una casa que poseía en Barcelona y tres años después permutó otras dos mojadas de viña a un juez llamado Aurucio Grecho. 
Participó Aecio a la famosa razia cristiana contra Córdoba musulmana el 1010. Posiblemente la obra principal de Aecio fue la restauración material y espiritual de la canónica, o entidad y monumento que albergaba los canónigos. Su edificio —probablemente situado en el mismo lugar de la Pía Almoina, actual, Museo Diocesano de Barcelona— fue destruido en gran parte por Almanzor. Aecio, sin embargo, tuvo un buen apoyo para su reconstrucción en el canónigo Bonacio a quien el rico mercader barcelonés Roberto había designado heredero en su testamento. El tal Roberto legó a la iglesia, entre otros bienes veinte piezas de tela de diversos colores; dice textualmente: “en remisión de sus pecados”. A éstos bienes otorgados añadió Aecio otras seis piezas que había comprado y con el concurso del pueblo, de los condes y la decidida colaboración de los obispos de Vic, Girona, Urgell y Elna restauró la canónica barcelonesa. Los condes dotaron a la obra, entre otras donaciones con el castillo de Barberá.
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DHEC I, 20; P. B. GAMS, 14; M. AYMERICH, 286; MARTI BONET, 91.
PUIG I PUIG, doc: -Venta, por el obispo Aecio, en 18 de mayo de 1005, de una casa en Barcelona para reparar la torre de La Granada, destruida por los árabes, 367
-Institución de la Canónica por el obispo Aecio, en 9 de marzo de 1009, 368
-Permuta, por el obispo Aecio, en 23 de diciembre de 1009, para la restauración de la torre de La Granada, destruída por los árabes, 369.



25  DEODAT (1010- 1029)
Concedió a la canónica de Barcelona las iglesias de San Joan Despí y Sant Feliu de Llobregat. Dotó la iglesia de Sant Cugat del Rec de la ciudad de Barcelona. Ayudó a que se construyera el hospital de Guitart de Barcelona para pobres. Asistió al sínodo de Osona el 1027, en el que se dictaron disposiciones contra los usurpadores de bienes eclesiásticos.
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El sucesor de Aecio, Deudat, añadió a la Canónica varias donaciones como la iglesia de Olesa, con sus códices y ornamentos, la iglesia de Sant Adriá del Besós, la de Sant Joan Despí, Sant Feliu de Llobregat y Sant Cugat del Recó. La canónica obtuvo de los condes y obispos de la Tarraconense además la confirmación de todas las donaciones anteriores; así, la canónica pudo desarrollarse holgadamente. En esta época los canónigos ya poseían unos dignos dormitorios, refectorio (mesa) y un “cellario” (o bodega).
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DHEC II, 19; P. B. GAMS, 14; M. AYMERICH, 287; MARTI BONET, 92.
PUIG I PUIG, doc: -Donación, por el obispo Deudat, a la nueva Canónica, en 23 de febrero de 1012, 370
-Donación a la nueva Canónica, en 28 de octubre de 1012, de las iglesias de Olesa, Santa María del Mar y otros bienes, 371
-Permuta, por el obispo Deudat, en 6 de setiembre de 1013, de bienes en Olérdola para reparar la torre de La Granada, 373
-Permuta, hecha por el obispo Deudat, en 27 de febrero de 1016, de unas casas para copiar las Decretales, 374
-Permuta, por el obispo Deudat, en 9 de febrero de 1018, con destino a las obras del campanario de la Sede, 375
-Permuta, por el obispo Deudat, en 2 de setiembre de 1019, en favor de la canónica, 375
-Permuta, por el obispo Deudat, en 15 de enero de 1020, de tierras permutadas anteriormente por el obispo Pedro, 377
-Venta, por el obispo Deudat, de un alodio, en 12 de febrero de 1022, al abad y canónigos de la Sede, 378
-Dotalía de la iglesia de Sant Cugat Mártir, hecha por el obispo Deudat en 8 de abril de 1023, a instancias del canónigo Guislaberto, 379
-Donación, por el obispo Deudat en 13 de julio de 1024, al hospital de pobres y peregrinos, 380.

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