domingo, 23 de febrero de 2020

ELS 120 BISBES DE LA DIÒCESI DE BARCELONA: Berenguer, Agrici, St. Nebridi i Patern (470-546)



Seguim desglossant el nostre treball "Los 120 obispos de la diócesis de Barcelona".

Legendario:
BERENGARIO (c.470)
Obispo de Barcelona según el historiador Carbonell.
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En el siglo XV aparecen unos catálogos de obispos de Barcelona legendarios; el primero, el más remoto, escrito a finales del siglo XV; después siguen el de Juan Bautista Pérez, obispo de Segorbe, el de fray Francisco Diago que publicó en su Historia de los antiguos Condes, el de Pedro Carbonell, sacado del Archivo Real de Barcelona con notas marginales de distintas manos. También podríamos referirnos a los catálogos siguientes: el que escribió el canónigo barcelonés Francisco Tarafa, el del padre Caresmar, el del abad de Poblet fray Baltasar Sayol, el de Pedro Serra y Postius, el de España Sagrada después de elencar 18 obispos de Barcelona legendarios y anteriores a San Severo (290), afirma “Bien pudiera Barcelona haber tenido la feliz excepción de gozar un catálogo que se iniciara con los “varones apostólicos” pero la verdad es totalmente otro extremo. Esas notas de esos catálogos son inciertas, dudosas, e inverosímiles”. Por esto creemos que no debemos asignarlo como auténtico. Todo esto no quiere decir que antes del siglo IV no existieran obispos en Barcelona, pero desconocemos sus nombres.
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Véase P. M. Carbonell, Episcopologio de la Santa Iglesia de Barcelona, en España Sagrada XXIX, 360.

7  AGRICIO (después del 516)
Estuvo presente en los concilios hispanovisigóticos de Tarragona (516) y de Gerona (517).
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Agracio fue, pues, obispo de Barcelona por lo menos durante los años 516 y el 517 ya que asistió en estos respectivos años –como hemos dicho- a los concilios mencionados. En el primer concilio (Tarragona 516) se dio mucha importancia a la figura del metropolitano, sometiéndose sus obispos (entre ellos Agricio de Barcelona) a la autoridad metropolitana correspondiente. En nuestro caso al de Tarragona. En este concilio se llega afirmar que el obispo sufragáneo que no acuda al concilio provincial será excomulgado. También ordena que durante todos los años los obispos han de visitar (visita pastoral) su diócesis (canon 8); que ningún obispo recibirá regalos por juzgar (canon 9); que el monje enviado a alguna parte no se atreverá a ejercitar el oficio clerical (canon 11); que si algún obispo muere sin testamento, los clérigos hagan el inventario de todas sus pertenencias y que ninguno se atreverá a arrebatar nada de allí (canon 2); que el obispo avisará a los presbíteros rurales y a algunos laicos por medio de cartas para que asistan al sínodo (canon 13). El concilio de Girona también es de notable importancia por los cánones referentes al no uso del matrimonio (continencia) en los obispos, presbíteros, diáconos y subdiáconos así como por la celebración del bautismo en Pascua y Navidad y por la obligación de los sacerdotes a rezar el padre nuestro durante la mañana y la tarde.
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DHEC II, 23; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 254; MARTI BONET, 56-57.

8  SAN NEBRIDIO (c.540)
Posible Obispo de Égara que se trasladó a la diócesis de Barcelona (a.540). Sus contemporáneos lo consideran santo. Asistió al concilio de Barcelona el 540.
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En el episcopologio de Barcelona después de Agricio viene San Nebridio. En el caso que fuera el mismo obispo que ocupó durante muchos años la sede de Égara y no otro del mismo nombre, tendríamos que se trasladó de esta diócesis a la de Barcelona durante los últimos años de su vida (o sea desde el 540 al 541). Recordemos que si era el mismo de Égara, era hermano de tres célebres obispos de la iglesia hispana, que, según afirma San Isidoro en su libro De viris illustribus eran Justiniano de Valencia, Justo de Urgel y Elpidio de Huesca. También es cierto que Nebridio acogió en la catedral de Barcelona un concilio bajo la presidencia de Sergio, metropolitano de Tarragona con la asistencia de Caroncio de Empúries, Andrés de Lérida, Estafilio de Gerona, Juan de Zaragoza y Asello de Tortosa y «Nibridus Barcinonensis episcopus».
Diez son los cánones del concilio de Barcelona del 540. El primero se refiere a la obligación según la cual antes del cántico de Laudes se debe recitar el miserere. El segundo: que en maitines y laudes se dé la bendición al pueblo. El tercero: que ningún clérigo deje crecer su cabellera, si se corta la barba. El cuarto: que el diácono no se siente delante del presbítero. El quinto: que en la presencia del obispo los presbíteros deben poner en orden las oraciones que se hayan de recitar. El sexto: que los “penitentes” se corten los cabellos, visten el hábito de monje, se consagren al ayuno y a la oración. El séptimo: que los “penitentes” se abstengan de concurrir a banquetes de bodas. El octavo: que los “penitentes” que por causa de enfermedad han salido del grupo de penitencia, una vez recuperada la salud, vivan en adelante penitentemente y no reciban la comunión hasta que el obispo juzgue que su vida es irreprochable. El noveno: que los enfermos (graves) reciban el viático. Y el último: que se guarde, acerca de los monjes, lo dispuesto por el concilio de Calcedonia.
Este concilio de Barcelona, por tanto, nos da importantes noticias sobre la disciplina litúrgica (cánones 1,3 y 5), la relación de los presbíteros con los diáconos (canon 4), y el régimen de los “penitentes” (cánones 6,7 y 8) y de los monjes (canon 2). Todas esas disposiciones son un reflejo concreto de cómo en algunos aspectos de la disciplina se vivían en la Iglesia de Barcelona. Nebridio tenía fama de santidad en los años posteriores a su defunción.
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DHEC II, 712; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 255; MARTI BONET, 57- 58.


9  PATERNO (c.546)
Asistió al concilio de Lérida (546) que fue convocado y presidido por el metropolitano de Tarragona Sergio.
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Paterno debió suceder a Nebridio en la sede de Barcelona. Sabemos de él que en el 5 de agosto del año 546 asistió al concilio celebrado en la iglesia de Santa Eulalia de Lérida con los obispos de Urgel, Ampurias, Zaragoza, Tortosa y Égara, bajo la presidencia del metropolitano Sergio, subscribiendo sus dieciséis cánones en estos términos: “Paternus in Christi nomine Episcopus Ecclesie Catolice Barcinonensis acquievi et subscripsi”. En este concilio de Lérida como hemos indicado anteriormente, se dice que hubo algunos católicos que se pasaron al arrianismo. Así se afirma: “Respecto a aquellos que han sido rebautizados en la prevaricación (arrianismo) si cayeron por necesidad o por tormentos, que se observe con ellos lo prescrito por el concilio de Nicea, a saber, que oren durante siete años entre los catecúmenos y dos entre los católicos (penitentes); después que participen con los fieles en la oblación y en la eucaristía bajo la clemente dirección del obispo”. En ese concilio también hay interesantes referencias con las que se podría descubrir algunas noticias de la Iglesia de Barcelona. Se legisla, por ejemplo, sobre aquellos que procuran el aborto o dan muerte a sus hijos (canon 2), sobre los monjes que se ordenan por mandato de su abad y sobre las basílicas (iglesias) edificadas por los seglares (canon 3), sobre el incesto (canon 4), sobre los “pecados carnales” de los clérigos (canon 5), sobre los que han violado a una viuda penitente o a una virgen religiosa (canon 6), sobre los católicos que presentaron sus hijos al bautismo de los herejes arrianos (canon 13), sobre los bienes del obispo difunto (canon 14)...
“El eco de estos concilios —afirma Puig i Puig— después del 546, año del concilio de Lérida cae, en el más profundo silencio hasta la persecución religiosa contra los católicos llevada a cabo por Leovigildo”. El mismo historiador expone con todo detalle la guerra civil entre Leovigildo y Hermenegildo. La crisis provocada por la actitud de Hermenegildo contra su padre, llegó a su término a finales del 581 o principios del 582. Leovigildo al frente de un pequeño ejército se dirigió hacia Sevilla, capital provisional de su hijo. Después de dos años de sitio Hermenegildo se rindió, refugiándose en una iglesia de Córdoba. Los últimos años de Hermenegildo nos son poco conocidos. Fue hecho de nuevo prisionero en Tarragona durante la víspera de Pascua. Leovigildo le envió en la cárcel a un obispo arriano para hacer comulgar a su hijo, con la promesa de perdonarlo. Pero él no quiso abjurar del catolicismo. Después los acontecimientos se suceden con gran celeridad. Al final fue condenado a muerte: “Hermenegildus in urbe Tarraconensi a Sisberto interficitur”.
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P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 256; MARTI BONET, 58.


Aquí teniu l'enllaç per descarregar el pdf: CATEDRAL VE DE CÀTEDRA nº3

jueves, 13 de febrero de 2020

ELS 120 BISBES DE LA DIÒCESI DE BARCELONA: Lampi, Sigisari, Nundinari i Ireneu




Seguim desglossant el nostre treball "Los 120 obispos de la diócesis de Barcelona", avui amb Lampi, Sigisari, Nundinari i Ireneu, bisbes entre els anys 394 i 464. 

3  LAMPI (murió después del 400)
Este obispo ordenó prebítero de Barcelona a San Paulino de Nola en la noche de Navidad del 393 en la catedral de Barcelona. Fue al concilio I de Toledo (a. 400) con asistencia de 19 obispos que se opusieron a la herejía prisciliana.
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San Paulino se llamaba Meropius Pontius Anicius Paulinus. Nació en Burgigala (Burdeos) entre los años 353 al 355. Era patricio, discípulo del famoso literato Ausonio. Este autor nos da muchos detalles de la vida de Paulino: su bautismo a los 25 años en Roma, su nombramiento de “cónsul” y del de gobernador de la Campania (a. 381). Paulino se casó con Terasia que procedía de Hispania, probablemente de las cercanías de Barcino. Tuvieron un hijo que murió y fue sepultado en Alcalá de Henares donde estaban las reliquias de los Santos Justo y Pastor. La pareja se establecieron en Barcelona, posiblemente en San Pablo extra muros o en Santos Justo y Pastor de Barcelona. Allí reunian a golpe de cobre (de campana) a sus adeptos para rezar o estudiar las escrituras. De ahí el nombre de “nola” sinónimo de Campana. Paulino era un auténtico líder con mucho dinero de ahí que los barceloneses intentaran que su fortuna se quedara en la iglesia local. Pero el cambió de residencia para volver a Italia junto el sepulcro de San Félix que se encontraba en Nola. Fue nombrado obispo de esta pequeña ciudad italiana; pero antes fue presbítero de Barcelona. El episodio nos viene narrado así: Tanto era el prestigio de ese hombre santo en la comunidad cristiana de Barcelona que el día de Navidad del 393, mientras el obispo Lampi (obispo de Barcelona del 393 al 400) celebraba los divinos oficios, Paulino fue arrebatado por el pueblo, y el obispo le ordenó presbítero. Como escribía poco después a su amigo Sulpicio Severo: “repentina vi multitudinis sed credo Domini ordinatione”.
Ante tanto “entusiasmo y tumulto de exaltación sagrada” el nuevo sacerdote de Barcelona aceptó el deseo de los barceloneses, pero pudo imponer una condición que, por ser contraria a la disciplina vigente, había de acarrearle después no pocos sinsabores y la repulsa del mismo papa Siricio; o sea: la de no quedar agregado al clero del lugar de su ordenación, ni estar sujeto a ninguna iglesia particular, a fin de poder satisfacer su anhelo de vivir junto al sepulcro de San Félix de Nola, en Italia, que consideraba su patrón.
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DHEC II, 462; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 250; MARTI BONET, 39.

4  SIGESARIO (c.415) 
Convertido al cristianismo del arrianismo, fue elegido obispo de Barcelona con la ayuda de Gala Placidia. 
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Hablar de Sigesario sugiere la presencia de Gala Placidia en Barcelona y de su esposo Ataulfo en la segunda década del siglo V. Precisamente dos años de este siglo o sea 411 y 418, marcarán el inicio de la agonía de la Hispania romana. Es la primera oleada de los pueblos bárbaros. Estos tenían un vínculo entre sí: ser arrianos y por tanto no aceptaban la divinidad de Jesucristo. Según el cronista Hidacio “los bárbaros, por la misericordia de Dios se deciden dejar la guerra y por la paz se distribuyen por suerte los territorios de las provincias para instalarse en ellos”. Obviamente en estas invasiones de los bárbaros que penetraron a Hispania por los desfiladeros de los Pirineos, una de las ciudades que más sufrió la irrupción de esos pueblos fue Barcelona, que “antes era una ciudad próspera y conocida por toda la cuenca mediterránea”. Los Vándalos y Alanos pasaron por nuestras tierras sembrando destrucción. De los segundos dice Hidacio que en el año 418 fueron eliminados por los visigodos. En un principio según dice este autor: “los hispanos de las ciudades y villas fortificadas supervivientes de las plagas de los bárbaros se hicieron fuertes, pero pronto abrieron sus puertas”. En parte los hispanos deseaban probar a esos nuevos dueños, ya que los anteriores —afirman— abusaban con una insoportable tiranía a través de injustos tributos. Y es bien cierto que la tributación fiscal durante el bajo imperio romano era insostenible.
Gala Placidia, hija de un segundo matrimonio del emperador Teodosio y hermana de los emperadores Honorio y Arcadio, fue hecha prisionera por el rey visigodo Alarico. A éste le sucede Ataulfo, quien en el año 414 toma por esposa en Narbona a la mencionada Gala Placidia. Ataulfo en la lucha contra el emperador Honorio se ve obligado a abandonar Narbona para establecerse en Barcelona. Aquí muere asesinado en el año 415. Una tradición bastante fundamentada supone que Gala Placidia “instituyó” (designó) un obispo católico en Barcelona. Su nombre sería Sigesario que antes de su conversión, había sido arriano. De este obispo nos habla el cronista Olimpiodoro Egipcio al decir que Sigerico —sucesor de Ataulfo— mató a los hijos de Ataulfo arrebatándoles de las faldas del obispo Sigesaro (o Sigesario) que sería nuestro obispo de Barcelona.
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DHEC III, 446; M. AYMERICH, 250; MARTI BONET, 42.

5  NUNDINARIO (c.450- 460)
Dividió la diócesis de Barcelona, creando una nueva en Égara, según consta en las actas del concilio de Santa María la Mayor de Roma presidido por el papa Hílarus en el año 465.
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Del siglo V no tenemos más noticias en el episcopologio de Barcelona, a no ser de los obispos Nundinario e Ireneo. Por lo demás carece de todo fundamento histórico un obispo denominado Berengario que según el catálogo de Carbonell se casó con una tal Pereta y tuvo una hija, que se casó con el obispo de Tarragona, dándole en dote cinco parroquias: Desfrancat, Altafulla, Vilabella, Abrafim y Torredembarra. Obviamente la historiografía moderna considera esta última noticia como una burda leyenda.
De Nundinario sabemos que con el consentimiento de los obispos de la provincia Tarraconense desmembró toda la parte no litoral (Valles Oriental i Occidental, Penedés, Llobregat, Montseny) en una nueva diócesis con la Sede en Égara (ciudad romana). Para esta nueva diócesis de Égara se nombró a un clérigo de Barcelona denominado Irineo. A la muerte de Nundinario por testamento designó a su discípulo, dócil y buena persona Ireneo que volvió a Barcelona ahora como obispo titular de esa diócesis. Pero el metropolitano duró poco. Arcadio de Tarragona expuso al papa Hilar sus dudas sobre la legitimidad de que un obispo difunto determine quién será su sucesor.
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DHEC II, 726; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 253; MARTI BONET, 42.

6  IRINEO (c.463- 464)
Era Obispo de Égara primero. Después de la muerte de Nundinario se trasladó de Egara a Barcelona. Pero en el año 465 por mandato del Papa Hilar vuelve de nuevo a Égara.
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Sobre la creación de la Diócesis de Égara, de la nominación del primer obispo, de su traslado a Barcelona y el retorno a Égara obligado por el papa Hilar por su concilio romano celebrado en Santa Maria la Magiore de Roma el 16 de noviembre del año 465, lo estudiamos en la obra publicada en Terrassa- Barcelona 2004, que tiene por título: Barcelona i Egara- Terrassa, Història primerenca fins l’alta edat mitjana de les dues esglésies diocesanes. 
El motivo por el cual se obliga a Irineo volver a Égara (Terrassa) es porque no hubo elección por el pueblo y el clero de Barcelona, sino simplemente por deseo del obispo anterior manifestado por testamento. No puede un obispo designar su sucesor, aunque que este tenga muchas cualidades como ocurría con Irineo. Además en muchas épocas estaba prohibido que un obispo fuese trasladado a otra diócesis, práctica que hoy día (a. 2019) es normal en la Iglesia católica.
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DHEC II, 403; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 254; MARTI BONET, 48.


Aquí teniu us podeu descarregar la segona entrega d'aquesta sèrie que hem anomenat "Catedral ve de càtedra":
CATEDRAL VE DE CÀTEDRA nº2

viernes, 7 de febrero de 2020

ELS 120 BISBES DE LA DIÒCESI DE BARCELONA: Pretextat i Sant Pacià





L'any 2006 vam publicar un volum dedicat a la vida i història diocesanes dels bisbats de Barcelona, Terrassa i Sant Feliu de Llobregat, dins el volum II de la col·lecció Historias de las Diócesis Españolas (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2006). En aquella ocasió es van aportar unes dades biogràfiques de tots els bisbes de l'antiga diòcesi de Barcelona. No obstant això, hem cregut oportú destinar un estudi als bisbes per separat amb Los 120 obispos de la diócesis de Barcelona, publicat per BUBOK, al final del qual també es presenta un interessant quadre esquemàtic cronològic de tots els bisbes que han exercit el seu ministeri a Catalunya des del segle III fins el 2019, incloent l'elenc dels papes i dels abats de Sant Cugat del Vallès.

Ara ens proposem desglossar aquest treball, compartint amb vosaltres, cada divendres, qui eren dos d'aquests 120 bisbes. Comencem avui pels dos primers, els quals tenim documentats: Pretextat (c. 347) i Sant Pacià (c. 350-391).  

Aquí teniu la primera entrega d'aquesta sèrie que hem anomenat "Catedral ve de càtedra":