sábado, 21 de marzo de 2020

ELS 120 BISBES DE LA DIÒCESI DE BARCELONA: Adaülf, Frodoí, Teodoric i Guilarà (c. 859-959)



Esperant que tots estigueu bé, seguim desglossant l'elenc dels 120 bisbes de Barcelona, arribant amb Guilarà (c. 937-959) al número 21.

18  ADAÜLF (C. 859- 860)
Colabora en la restauración de la ciudad después de una razia de los sarracenos. Asistió al concilio de Tuzey (Francia) el 860, en el cual se restableció la vida clerical en la diócesis de Barcelona.
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Una auténtica joya histórica es el documento-pergamino más antiguo original del archivo capitular de Barcelona. Es del periodo que va del 25 de diciembre del 875 al 6 de octubre del 877. En él Carlos el Calvo saluda a los barceloneses y les agradece su fidelidad, prometiéndoles una digna remuneración y envía, por medio de un judío llamado Judas 10 libras de plata al obispo de Barcelona Frodoí para que reconstruya la iglesia catedral de esa ciudad. Por ese documento podemos deducir que Frodoí era obispo durante estas fechas. Sin embargo en el mismo diplomatario —recientemente publicado por el canónigo Dr. Fábrega— hay noticias de dos obispos anteriores a Frodoí; son Juan y Adaulfo. De Juan, obispo en el documento del 875, se dice que durante su pontificado (antes del año 850) un tal Recosindo godo usurpó un campo cercano a Barcelona. Así pues, Adaulfo viene citado en el documento que hemos comentado anteriormente, de Luis el Tartamudo, del cual hay una copia en el archivo de la catedral de Barcelona.
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DHEC I, 17; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 269; MARTI BONET, 79.


19  FRODOÍ (c.861- 890)
De origen franco o germánico. Contrario a restablecer las costumbres y liturgia visigoda. Consiguió que no se restableciera la diócesis de Égara. En el 877 (octubre, 23) encontró las reliquias de Santa Eulalia de Barcelona en la iglesia de Santa María de las Arenas en la Vilanova de Barcelona (Santa María del Mar), las cuales fueron trasladadas a la catedral paleocristiana de Barcelona.
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De Frodoí (que se menciona en el pergamino original más antiguo que se custodia en el archivo capitular de Barcelona) sabemos que no procedía de la Marca Hispánica sino de Francia o Germania. Tuvo problemas en la diócesis de Barcelona (en la que fue impuesto por los carolingios) ya que un gran sector del obispado quería restablecer el rito visigodo desaparecido durante la invasión árabe o continuado durante esta invasión y celosamente conservado, de modo que la feligresía y los clérigos —en su inmensa mayoría godos hispanos— “eran impenetrables a otros ritos y a la organización de los dueños francos o nuevos invasores”.
Frodoí oponiéndose a una gran parte del clero de Barcelona, presentó sus reclamaciones favorables a la imposición de los ritos y tradiciones francas en la célebre asamblea de Attigny (del reino franco) reunida el año 874 y dedicada principalmente a los asuntos que hemos mencionado. Es así como Frodoí obtuvo el apoyo entusiasta de los asistentes de Attigny y del emperador. Pero lamentablemente puede decirse que las legítimas aspiraciones de sus feligreses y las de la antigua diócesis de Égara (Terrassa) se quisieron olvidar o, si se prefiere, se sepultaron en el más absoluto olvido. Esta sede de Égara ya no será diócesis después de la reunión de Attigny. Cuatro años después, en el concilio mixto de Troyes, Frodoí obtuvo una nueva confirmación de sus reclamaciones gracias a Luis el Tartamudo. Precisamente en ese concilio de Troyes (a. 878) se habló y trató claramente de la canónica —o colectivo de canónigos— de la sede de Barcelona, creada según el modelo carolingio. Además en Troyes el emperador Luis el Tartamudo confirmó al obispo de Barcelona la posesión de diversas tierras del Montseny y otros privilegios económicos y exenciones, traspasando, por ejemplo, al obispo de Barcelona una propiedad del conde Unifred. Este último estaba en conflicto con Luis el Tartamudo en esta época.
Pero el hecho más memorable del pontificado de Frodoí fue el hallazgo de las reliquias de Santa Eulalia en la antigua iglesia de Santa María de las Arenas de Barcelona, tal como nos hemos referido ampliamente en diversas publicaciones nuestras al hablar de la Santa virgen y mártir barcelonesa.
Cabe destacar que precisamente después de ser trasladadas solemnemente las reliquias de la mencionada virgen y mártir a la catedral de Barcelona, esta sede se denominará, ya por siempre, “de la Santa Cruz y de Santa Eulalia”. Las dos advocaciones serán sus titulares.
Frodoí al final del pontificado se vio implicado en una revuelta motivada por una insubordinación eclesiástica cuyo principal propulsor fue un tal Esclua de Cerdaña, obispo que pretendía ser nominado metropolita de la antigua provincia Tarraconense. Fue ciertamente este acontecimiento un signo claro de rebeldía contra los francos y contra el nuevo arzobispo Teodardo de Narbona. La reyerta fue efectiva con la ayuda de varios obispos (entre ellos el de Barcelona), así como algunos condes de la Marca Hispánica. Este asunto, relacionado también con la crisis del gobierno del imperio carolingio a la muerte de Carlos el Gordo, se solucionó con la posterior confirmación de la supremacía de Narbona sobre todas las diócesis de la Marca Hispánica. A pesar de ello y muy hábilmente Frodoí se libró de las severas represalias ante las supuestas rebeliones contra Narbona y los francos. Con todo Frodoí tuvo que hacer penitencia pública, de tal modo que los barceloneses vieron a su obispo al final de sus días, no revestido con los ornamentos pontificales, sino con el austero hábito penitencial de los penitentes. Seguro que la diócesis estuvo a él agradecida por la exaltación de Santa Eulalia trasladada a la Catedral, pero, a la vez, la comunidad cristiana quedó dolida ante su temperamento de manifiesta doblez y ante tanta sumisión aduladora a los francos.
Difícilmente a Frodoí se le podrá exculpar, en un juicio histórico, de la poca valentía en defender y conservar la liturgia hispano-visigoda y del prescindir y no tener el menor respecto a no pocas tradiciones y costumbres de la anterior y venerable iglesia barcelonesa. Después de él, todo ese patrimonio eclesiástico desapareció en aras a su adulación obsequiada a los vecinos francos.
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DHEC II, 225; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 271; MARTI BONET, 80- 81.
PUIG I PUIG, doc: -Lecciones de la invención y traslación del cuerpo de Santa Eulalia de Barcelona, por el obispo Frodoí, 878.


20  TEODORICO (c.904- 937)
Colaboró en el repoblamiento del Llobregat. Restauró muchas iglesias como la de Parets (904), Cervelló (904), Atmella del Vallés (932), la Roca (932). Reunió un concilio en Barcelona el 906 que debe considerarse mixto, ya que asistieron el conde Arnusto de Narbona y los nobles de la Marca.
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Es el prelado que por más años ha presidido la Sede de Barcelona intervino como obispo en la repoblación de los territorios del sur de Llobregat y del Penedés. También inició juntamente con el conde Sunyer, la construcción de la iglesia de San Miguel de Olérdola que no sería consagrada hasta el 992. Todas estas actuaciones en estrecha relación con el conde Sunyer son testimonios de la nueva misión —típicamente civil— del obispo de defender las fronteras de la Marca Hispánica. Recordemos que cuando el conde Sunyer reconquistó las montañas de Montserrat afirmó que su condado ya estaba seguro, porque todas y cada una de las montañas y puntiagudos montículos de aquella sierra serían como tantos otros castillos defensivos del territorio de la Marca Hispánica. ¡Cataluña gracias a Montserrat estaba segura!
La otra información que se insiste frecuentemente es la actuación en el castillo de Olérdola. La construcción de su iglesia también tenía esa función defensiva y contribuyó en gran manera a la seguridad del territorio reconquistado junto al litoral marítimo como ocurre también en los castillos e iglesias de La Geltrú y de Sitges.
La estrecha relación con el conde se manifiesta incluso dentro de la misma ciudad: según un documento del 24 de diciembre del 924 un tal Sal·la dio a la iglesia de Santa Cruz y Santa Eulalia (catedral) una casa con su patio que se halla dentro de la ciudad de Barcelona, junto al palacio condal y a la casa o palacio episcopal que Ervigo había dado a la iglesia de la Santa Cruz. Posiblemente se trate de una ampliación del Palacio Episcopal existente ya en el periodo visigodo, actualmente debajo de la calle de los Condes de Barcelona.
Teodorico fue también famoso por las restauraciones de muchas iglesias como la de Parets del Vallés (a. 904), las de Cervelló (a. 904 y 910) que concedió al monasterio de Sant Cugat del Vallés, la de L’Ametlla y la de la Roca del Vallés (a. 932).
De Teodorico se conoce su actividad en la compra de tierras para la sede barcelonesa especialmente en el área de la propia ciudad de Barcelona y del Vallés. Así se conserva un pergamino original en el Archivo Capitular fechado el 14 de marzo del 920 en el que los hermanos Adala y Sentramundo venden al obispo Teodorico una tierra a “Palatio Fracto” (Les Fonts de Terrassa) unido al castillo de Terrassa del condado de Barcelona.
Teodorico reunió un concilio mixto (o sínodo) en Barcelona el 906 con asistencia del conde Arnusto de Narbona y diversos obispos de la antigua Tarraconense para tratar de problemas relativos al obispado de Osona, sometido a un pago de cierta cantidad de dinero a la sede metropolitana narbonesa. La mencionada tributación fue abolida en un sínodo celebrado en San Tiberio de Agde (a. 907) al cual Teodorico no pudo asistir. Estas acciones preparaban el camino que llevaría noventa años después a la emancipación de los obispos catalanes respecto de Narbona. Teodorico estuvo presente en el sínodo de Gerona el 907. Aquí el nuevo obispo de Gerona, Guigó (907-939), fue consagrado.
Por último encontramos a Teodorico en el concilio de Fontcoberta (Narbona) el año 911 donde se resolvió un conflicto jurisdiccional entre los obispos de Urgell, Pallars y Ribagorza. De dos años después a la muerte de Teodorico (6 de junio de 939) tenemos otro pergamino original en el que los sobrinos de aquel obispo (Trasegónica y Ermenrigo) permutan unas tierras de Terrassa y de Caldes que esos habían recibido de su tío obispo. Cabe señalar, también, que Teodorico, formando parte de la provincia de Narbona, se había relacionado con el Papa.
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DHEC II, 527; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 275; MARTI BONET, 86.
PUIG I PUIG, doc: -Acta de consagración, por el obispo Teodorico, en 13 de octubre de 904, de la iglesia parroquial de San Esteban de Parets, 359
-Permuta, por el obispo Guilara, en 6 de junio de 940, de bienes legados a la Iglesia por el obispo Teodorico, 360.


21  GUILARÀ (c.937- 959)
Intervino en la fundación del cenobio- parroquia de Sant Pere de les Puel.les de Barcelona y consagró su iglesia (945). Repobló los territorios de Olérdola, La Granada, y Sant Pere de Ribes.
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El sucesor de Teodorico fue Guilara que continuó la política de repoblaciones llegando hasta el río Gaiá, frontera sur durante casi un siglo de la Marca Hispánica. Así en un documento transcrito en el Liber Antiquitatum de Barcelona del 17 de julio de 959 se dice que un tal Domènec dio a la iglesia de Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona el castillo que aún no estaba totalmente edificado denominado Freixá, situado a la Marca de la ribera del río Gaiá en la villa que dicen “ortum de Brafim” que limita con Vila-rodona.
Guilara intervino en la fundación del cenobio de Sant Pere de les Puel·les en Barcelona y consagró su iglesia en el año 945. Esta iglesia fue ampliamente enriquecida (concesión de “dotalías”) por los condes Sunyer y Riquilda. Los mencionados condes le cedieron los diezmos de las «ráficas» de Tortosa. También esos condes le ayudaron a construir un edificio para la canónica, probablemente en el interior de las murallas romanas (quizá en el mismo lugar del actual edificio de la Pía Almoina (Museo Diocesano). En el año 951 la condesa Riquilda lo hacía receptor de la donación hecha a la antigua iglesia de Sant Miquel de Barcelona en sufragio de su difunto esposo. Pocos años después (a. 995) la condesa moría y Guilara sería uno de sus albaceas. Tal como vemos en el diplomatario, tantas veces mencionado, consta que Guilara se ocupó en ampliar los bienes de la iglesia de Barcelona en el Penedés y estableció cultivadores a los términos territoriales de Olérdola, La Granada y Sant Pere de Ribes y en el mencionado castillo de Freixa al lado de Vila-rodona.
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DHEC II, 333; P. B. GAMS, 13; M. AYMERICH, 278; MARTI BONET, 87.
PUIG I PUIG, doc: -Donación de los condes Sunyer y Richilda, en 17 de junio de 944, al obispo Guilara, para construir la Canónica, 360
-Acta de consagración, por el obispo Guilara, en 30 de junio de 945, de la iglesia de San Pedro de las Puellas, 361.

Us podeu descarregar el pdf aquí: CATEDRAL VE DE CÀTEDRA núm. 6


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